Tengo
angustia. Pero esta es una angustia diferente, porque es angustia/euforia. Es
la que me provocan mis demonios internos; esos mismos que de manera invisible
hacen todo por verme fracasar. Angustia de tirarlo todo por la borda en 2
minutos, los 120 segundos en los que me coma un pastel, y no pueda vomitarlo. He
bajado, tengo un peso que es menos vergonzoso, es cierto. Pero da miedo que
faltándome taaaanto camino por recorrer pueda cagarla épica.
Y es
que me siento atrapada. Mi libertad está siendo coartada. Yo sé que mi familia
me ama, me apoya, quiere verme bien, se preocupa, me deja decidir, pero no es
SUFICIENTE. Necesito control total sobre la manera en que manejo mis hábitos
alimenticios, déjenme decidir!! Sí, estoy débil, en ocasiones enferma, pero y
qué? Hay gente que vive su vida realmente enferma, débil…y eso no les impide
querer seguir adelante. Esto que siento no ha logrado quitarme la felicidad que
me da ser menos gorda. Levantarse y sentir dolor y angustia y estrés es parte
de la existencia. Es estar vivo. Así que por favor, déjenme vivir. O déjenme
morir, si es el caso.
Mi
madre está sobre mí, preguntándome si
desayunaré, si comeré, por qué entré a la ducha, qué hago en mi habitación, por
qué salgo de casa. --No más, mamá. No más. Debes abrir tu mente a nuevas
posibilidades, a la opción de que tu hija tenga una adicción y haya tomado como
estilo de vida “hacerse daño”, que en realidad, es solo una lucha, lucha contra
la resignación. Perversa, desviada, mal enfocada, pero al fin y al cabo lucha. Y
por lo tanto: valiosa y digna…--
Quisiera
reemplazar ciertas comidas por verduras crudas pero por ahora no será posible;
y frustra que lo que entra en mi cuerpo no dependa de mí.
hermoso perro...
ResponderEliminarla verdad es que deberia ser asi, cada quien debería tener poder sobre lo que come o como vive...
un beso!
Besitos, querida princesa :D
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