Pero
no me arrepiento porque me sienta muy feliz ahora ni porque ser bulímica sea
algo de lo que estar orgulloso (aunque me contradiga, ya que una vez escribí
una entrada llamada Orgullo Bulímico); digo que no me arrepiento es porque creo
que, de alguna forma u otra, yo no busqué esto, la bulimia me encontró a mí. No
estoy segura, pero creo que sí.
Hay
tantos rasgos que describen a una enferma de bulimia que yo encuentro en mí,
que termino diciéndome: sí; no es mi
culpa, esto sólo me pasó porque yo era vulnerable a caer y, por mala suerte,
caí.
Creo
que esta era mi única salida porque, desde que tengo conciencia, me sentí gorda
y, desde que recuerdo, he tenido tanto miedo al fracaso, tanta poca fe en mí,
tanta incredulidad en mis capacidades que siempre he escogido los caminos
fáciles; lo demás, ME ATERRORIZA. Entonces, yo estaba gorda, era (o, por lo
menos se veía como) un camino fácil, era lógico que pasara.
Y
PASÓ.
Tal
vez este era mi destino porque, siempre estuve un poco rellenita, de pequeña
alguna vez me dijeron “gordita” y que yo era como un “marranito blanco” (¿Qué
cosas tan malditamente asquerosas le puedes decir a una niña?); mi autoestima
siempre me hizo daño y no precisamente en la imagen sino, en el simple hecho de
tener, dentro de mi cabeza, la seguridad de que, sólo por ser yo (razón
suficiente) era menos, era mucho menos que los otros; ansiedad siempre he
tenido, se refleja en mis uñas y en otros pequeños hábitos como arrancar todos
los stickers, desarmar todos los objetos pequeños, morder todo, pellizcarme
excesivamente alguna cicatriz o herida; siempre amé la comida, dejé el plato
limpio, comí helados y dulces con gran satisfacción y el auge: a los 11 años
empecé a comer por aburrimiento, sin embargo, estaba bien, normalita, incluso
ya ni era rellenita, sólo una niña NORMAL, con alguna llantita en su panza,
pero normal (sólo que siempre me sentí más gordita, nunca pudieron llamarme
delgada, y eso ME PARTÍA EL ALMA); ya los problemas empezaron realmente cuando
empecé a comer por tristeza, inconscientemente me escondí en ropa holgada, ya
jamás pensé en mi cuerpo y fui gorda, gorda, GORDA (IMC de 26, me imagino); es
sólo que un día de 2012 quise “comer sano” para bajar de peso y lucir linda la
noche de mi PROM.
Con
esta nueva recaída entendí muchas cosas, encontré muchas cosas en mí que se
supone que me ligan a la enfermedad como la impulsividad, la extroversión, la
falta de control, las adicciones, (el gusto por el ¿sexo?), la depresión, la
tendencia a los extremos y riesgos. Eso de que mi voluntad flaquea, no logro
cumplir mis metas y dietas, eso de que muchas bulímicas cayeron en la
enfermedad porque se propusieron una dieta estricta y no pudieron cumplirla. Bueno,
pues sí, exactamente eso soy yo. COMENCÉ CON UNA DIETA.
Te leo nena
ResponderEliminarMe he sentido muy identificada con lo que has escrito, siempre me he sentido muy insegura y inferior a cualquier persona solo por el hecho de ser yo...
ResponderEliminarSupongo que no solo las bulímicas empiezan con esto con una dieta estricta, yo también empecé una dieta y caí de lleno en todo esto...
Un beso!