Weight Loss

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martes, 12 de julio de 2016

FINGERNAILS

Esta entrada va sobre las uñas, la estética y cosas femeninas. No desórdenes. 
No llevo el registro de los días, pero hace aproximadamente una semana que no como mis uñas, que no las muerdo, mastico y trago sus pedazos. Asqueroso, no? Bueno, pues no. Para los demás sí, pero para mí no es asqueroso; es sólo un mal hábito que mantiene mis manos ( o uñas específicamente) desagradables, sin embargo, a veces no lo controlo y llego a comerlas tanto que me duelen mucho los dedos. 

Me molesta? Me incomoda? La verdad es que no, es algo que no puedo controlar y que, mayoritariamente, me agrada, me desestresa (y me estresa, también), me ayuda a tranquilizarme, me ha acompañado por años de los años, es una parte de mí. Me como las uñas desde que tengo 8 años. A la gente le molesta, pero han tenido que aguantarlo porque a nadie le hago daño. 

La primera persona que odió esta costumbre mía fue, por supuesto, mi mamá. Me reprendía mucho, me compraba esos esmaltes que "saben feo", pero no solucionaron nada a largo plazo; recuerdo muy bien que por la época en la que yo tenía 10 años, mi mamá consiguió una amiga que sabía de manicure y de cosmética, ella le enseñó a pintar las uñas con formas muy bonitas, entonces mi madre me las arreglaba y yo, con mucho esfuerzo y voluntad, me las dejaba crecer para que mi mami dibujara hermosas flores en ellas. Admito que, cuando mis uñas crecían, eran realmente hermosas. Eran muy muy bonitas; además de que mis manos siempre me han gustado, son pequeñas y blancas, delicadas; así que el sacrificio valía la pena y yo recibía muuchos cumplidos de mis familiares. Pero bueno, la voluntad flaquea y los propósitos se abandonan, así que volví a mis andanzas. 

Tengo que decir, también, que antes de hacer alguna dieta o "controlarme" en algo, la primera vez que conocí el significado del concepto "voluntad" fue haciendo esfuerzos para dejar de comerme las uñas, y era duro. 

La siguiente vez que me dejé crecer las uñas tenía como 15 años, otra vez mis amigas me felicitaban, me decían lo bellas que eran mis uñas y mis manos y yo me sentía bien, pero el estrés ahora hacía que yo quisiera dejar de prohibirme algo y volvía a hacerlo. Después, como que no volví a tener ganas de privarme de cosas, por lo tanto, no lo intenté otra vez. 

La última vez que lo intenté fue en diciembre de 2014/ enero de 2015. Coincidencialmente, las últimas dos veces que procuré hacerlo, controlarme, fue en vacaciones. Podía concentrar mi mente totalmente en eso, en mis uñas, pero al entrar a la universidad sólo aguanté algunos meses, tal vez 2, tal vez 3, luego volví a comerlas. 

De niña, la voluntad de no comer mis uñas era, principalmente, por hacer feliz a mi mami. Con el tiempo, al ver las manos de otras mujeres, las contemplaba bellas y si me proponía dejar mi hábito era porque pensaba: "yo lo he visto, mis manos también pueden ser lindas, incluso más lindas que las de algunas mujeres; es solo cuestión de decidirme". Algo muy parecido al peso: "Me he visto delgada, sé que puedo ser bonita, sólo depende de mí". Es sólo que a veces pienso que no es tan fácil, no quiero justificarme (porque lo del peso no tiene justificación, tener sobrepeso es signo de no alimentarse bien y ser sedentario, lo cual; yo que lo he vivido, sé que no es chévere, no se siente bien) pero pienso que lo que a algunas mujeres se les da tan naturalmente, a mí, como a muchas otras, me cuesta. A veces pienso que estoy destinada a ser fea, ya que me gusta mucho comer, me gusta mucho dormir y estar sentada y me gusta muucho comerme las uñas; a otras chicas, simplemente les parece muy feo comerse las uñas; ellas, entonces, tienen el afortunado destino de tener manos bonitas. 

Bueno, esos son mis profundos y filosóficos pensamientos acerca de mis uñas, jeje. Otra cosa, a lo largo de mi vida, muchas personas, me preguntaban que si no me daba verguenza con los chicos, con los hombres, de que fueran a ver mi uñas así de feas, y pues no. Siempre he pensado que la belleza y la delicadeza están en el rostro y el cuerpo; igualmente, en ser débil y no más fuerte que el chico (no debería ser así, pero así pienso), o ser masculina y así. Asimismo, a los hombres que les he gustado, les he gustado como soy, sabiendo que no puedo dejar de comer mis uñas, nunca me han criticado por eso, seguro piensan que está mal pero no me han dicho nada; igual, sí sé de hombres que detestan eso de una mujer, pero no me he cruzado con ninguno de ellos y pues, francamente, si lo detestan, no tendrán nada que hacer conmigo. Diré como: si no te gusta sorry, pero lárgate de mi vida. No cambiaré para gustarle a un hombre. Debería ser así con todo, no sólo con mis uñas, sino con mi cuerpo, pero todavía estoy trabajando en eso. 

Aunque piense que las uñas feas, no quitan belleza a una mujer, sí pienso que pueden darle un importante toque de feminidad. Y pues eso quiero esta vez. Quiero verme un poco más femenina y chic. *_* Por eso, llevo una semana sin comérmelas, están pintadas de rojo y como ven en la foto, aún son muuy pequeñas. Pero es un comienzo, espero mostrárselas mucho más bonitas después de unas semanas. 


Disculpen por esto tan largo, ojalá lo hayan leído :D
Abracitos, princesas. 

1 comentario:

  1. Yo también me mordía las uñas hasta niveles insospechados xd, pero al final lo conseguí, claro que con mucho esfuerzo,más de el que la gente se imagina, así que se lo que se siente, muchas muchas felicidades, espero que se te siga haciendo fácil y consigas dejar de mordértelas...

    Me parece un poco tonto que te dijeran que si te daba vergüenza que te vieran las uñas mordidas, a mi nunca me ha parecido algo desagradable o algo que te tenga que hacer sentir vergüenza, idk...

    Un beso!:3

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