A
veces se llega a puntos de tu vida, de tu realidad donde la tristeza, los
pensamientos negativos y ese ente invisible que siempre te detiene cuando
intentas recuperarte se apoderan tanto de tu cabeza que todo te recuerda tu
dolor. Un perrito abandonado te hace pensar qué mundo tan injusto es éste, una
niña pobre y embarazada te muestra la mediocridad de tu país, las mujeres
altas, hermosas y ricas de la Calle 85 te hunden más en tu vida plana y
alienada. Las clases no significan nada porque quisieras ser feliz, reír con
tus compañeros y querer aprender tranquilamente pero tu cerebro está siempre en
otra parte. Las personas ocupadas caminando por la calle te hacen sentir
solitaria; ellos tienen vidas, amigos, llamadas, mensajes, planes, almuerzos,
cines, reuniones, tú siempre te sientes sola. Tú, Tatiana, tú siempre te
sientes sola; incluso cuando no lo estás. Es raro. Es una confusión y un
vacío-una carencia emocional.
Así
me siento siempre, a veces le explico a la gente que hacer amigos es muy difícil
porque los “adolescentes” pueden llegar a ser muy intimidantes y sospecho que
crueles. Mi argumento es que yo soy una persona negativa, siempre estoy esperando
lo peor, siempre veo el lado realista y machacado de las cosas, siempre creo
que no puedo esperarme nada, absolutamente nada si no hay garantías, la suerte
puede que exista, pero para otros: no en mi vida. Nunca gano ni ganaré un
concurso solo por el azar. Si gano algo sería por trabajo, pero como tampoco me
esfuerzo pues nunca gano nada. Siempre me siento inferior en TODO, vida diaria:
sobrellevar tantos pensamientos negativos en ocasiones es angustioso, incluso
para mí. Entonces imaginen; acaban de conocer a una mujer bajita con cara de
asustada o de triste (esa es mi expresión siempre) y empiezan una conversación
para darse cuenta de que es alguien que nunca sale a fiestas, nunca toma
alcohol, no se sabe ningún chiste, no ha leído libros de cultura general, no
sabe sobre política, religión, deportes, ni le interesa, no lee comics, no
juega videojuegos y de cuando en cuando menciona que está gorda y que es
perezosa. Se aburrirían, cierto? Pues eso le pasa a cada persona de mi edad que
conozco, les aburro o simplemente no tengo nada interesante que ofrecerles. Sin
embargo, es injusto. A veces cuando estoy en actitud de quejarme pienso que
sería lindo que alguien se quedara a pesar de mi dolor, se quedara porque no le
fastidiara escuchar mis lamentos cada rato, alguien que no se fastidiara de mi
tristeza. Son muy pocas las personas así. Las ahí, thou…Pero hasta esas
personas tienen límites porque claro, no todo el mundo puede estar disponible
para ti las 24 horas, Tatiana. Es solo que soy tan vulnerable, tan dependiente.
Y muy autocompasiva, no creen? Solo sintiendo lástima por mí misma. Como sea, a
todas esas personas, por quedarse, muchas gracias.
Gracias
por la alegría que siempre me inyectan, gracias por los chistes tontos y sin
sentido que siempre me harán reír (porque en el fondo, sigo teniendo el sentido
del humor de un niño de 5 años); gracias por las sonrisas, los paseos, los
abrazos, las miradas. Gracias por pensar e ingeniárselas para sacarme de mi
ensimismamiento y por salvarme de mí misma. :)
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