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viernes, 7 de octubre de 2016

Trastorno dependiente de la personalidad

Como muchas de nosotras, espero que la persona más importante de mi vida no vaya a leer nunca lo que escribo en este blog.

Nuestras vidas son una lucha, es cierto. Pero cada persona lucha contra cosas diferentes: hay quienes luchan contra la enfermedad, contra el cáncer, contra la pobreza en que nacieron, contra los padres o la pareja que los violenta, contra las adversidades, contra la mala fortuna y el destino desgraciado. Yo lucho contra muchas cosas también, lucho contra la ansiedad, contra el miedo al abandono, contra mis ganas de afecto, contra mi dependencia, contra la depresión, contra el peso, y en últimas, contra la comida. Es sólo que hay luchas que no me avergüenzan. Por ejemplo, luchar contra la ansiedad, luchar contra la tristeza, contra el peso y la comida. Es decir, ser depresiva, ansiosa y bulímica no me da pena. Pero siento que hay algo que me carcome, me “pordebajea” y me humilla en mi interior y, por supuesto, exteriormente también. Ese algo es SER EMOCIONALMENTE DEPENDIENTE. Puede parecer algo manejable, pero no se conocen los alcances hasta que tú mismo no lo vives.

Yo pienso que se trata de ser o de verse tan vacío por dentro que uno no puede tolerar la idea, la posibilidad o la realidad de estar solo con uno mismo. A mí me pasa así, incluso, es como si dentro de mi cerebro hubiera una persona que me estuviera diciendo todo el tiempo: “busca, búscalos porque o si no nos vamos a quedar solas tú y yo y qué horrible!” Creo que para mí una conversación conmigo es tan horrenda que prefiero cualquier cosa que estar sola. Con el tiempo lo ha mejorado un poco, pues de verdad que no voy a estar con cualquier persona que no me guste, sólo por no estar sola; el problema es que con mis amigos y personas que me gustan, me agradan tanto y me siento tan feliz con ellos que las despedidas son terroríficas. Me duele mucho saber que voy a pasar de estar riendo con ellos en la universidad a estar en soledad. Es muy doloroso para mí.

Ejemplos concretos: esta semana tenía cantidades de tarea, pero tenía tiempo para hacerlas. Tenía desde las 12 del medio día para ir a casa y leer y leer y leer para los exámenes, exposiciones y trabajos. Parecían situaciones controlables; sin embargo, en mi cerebro era todo así: “vas a llegar a casa temprano, lo que significa vida sedentaria, tensión de estar cerca de comida gratis y poder comer y vomitar, luego estar agotada, y dormir sin hacer trabajos. No vayas a casa. Pero qué? Todos tus amigos están en clase, en otros planes, con sus parejas, haciendo realmente tareas…entonces qué harás? Busca, busca a alguien, no importa si es a ese hombre que no te valora, no importa, él puede ayudarte a matar tiempo hasta que sea de noche, luego sí tendrás el tiempo justo para improvisar esas tareas” 

Y básicamente, eso hice esta semana. Un día sí llegué temprano a casa, comí normal y para no comer de más, dormí 13 horas sin hacer nada más, levantarme, bañarme e ir a la facultad de nuevo. Al otro día, llegar temprano a casa, almorzar, comer mucho más, vomitar, comer de nuevo y leer alguito por ahí…el jueves: esperar a esa persona que no me quiere y para la cual soy el plan de última hora, esperarlo mucho, sentir que estaba haciendo las cosas mal pero con mucho más miedo de estar sola que siendo irresponsable, pasar horas con él, gastar dinero que no me sobra en él, pasar incomodidades sólo para tener con quien cruzar palabra, ver a quien me gusta y que me demuestre de alguna u otra forma lo mucho que lo atraigo sexualmente. Esa fue mi tarde. Luego, llegar a casa y hacer cosas mediocremente, a medias. Mientras mis compañeros están interesados en su aprendizaje yo estoy pensando en el hombre con el que saldré, en cuántas veces me besó y cómo me miró. En si mi amiga hablará conmigo y si podremos reírnos un poco de las estupideces de la vida.

Toda la semana fui consciente de esto, y hoy fue probablemente más duro que todos los días porque mis clases las cancelaron, no quería salir de la universidad pero TENÍA QUE HACERLO, estaban evacuando a las personas, vi como todos tenían a su pareja, a sus amigos y yo. COMO SIEMPRE, estando sola, sintiéndome sola. Pude haberme quedado, haberme confundido entre la gente y corrido para escapar del gas lacrimógeno para tener una inyección de adrenalina, emoción en mi vida. Pero no soportaba sentirme tan sola, tan errática. Pude haber acompañado a ese hombre del jueves a su casa, sabiendo que no podré entrar porque, a veeer, en su hogar lo espera su esposa. Pero sabía que tanta insistencia sólo lo iba a presionar y me iba a denigrar más de lo que ya estoy respecto a él. Pude haber buscado algún peligro o diversión riesgosa, pero no. Hoy el peso del bien pudo más en mí, y pensé: no, hoy ve a casa, saluda a tu mami, a tu perrito y haz cosas pendientes, no importantes, pero pendientes. Es así como estoy en mi habitación, desahogándome y esperando a que la lluvia pase para ir a la biblioteca.

Yo sé que tal vez las personas como yo parezcan muy extrovertidas y felices porque siempre están rodeadas de personas y nunca están solos, pero la verdad es que no. Muchas veces estoy sola y me gusta. A veces uno no quiere hablar con nadie y disfrutar de la música, de un cigarrillo, una película o un libro. Pero, mucho tiempo extraño a mis amigos, a mi mejor amiga que sí es responsable y tiene pareja, al hombre que me gusta que trabaja harto y tiene mujer, a mi amigo chévere que fuma marihuana pero que sé que anda en planes que no son sanos. Hoy creo que traté mal a este amigo y lo alejé. Se despidió de mí sintiéndose ofendido y sentí todo el abandono del mundo.

Me voy, amigas invisibles.
El peso sigue sin bajar y mi hambre sin mermar :( La universidad la llevo con bajas notas y mi ánimo sigue mal.

Pero eso, tener una personalidad dependiente lo hace a uno sentirse muy mal, sentirse como que no vale o no puede ver su valía, que todo el mundo es genial, tiene vidas chéveres, interesantes, valiosas, menos uno.

Bye, chicas. Ojalá alguien me leyera, ojalá alguien me viera. Sí, estoy desesperada…por afecto, por atención, por todo. Pero al menos lo sé. Lo acepto-

2 comentarios:

  1. wow! tus palabras me llegaron profundamente tanto así que tengo un nudo en mi garganta me sentí identificada recordé los momentos en que estuve con un hombre que me dañaba psicologicamente solo por que no quería estar sola... la dependencia emocional es un asco no te deja estar en paz te hace hacer cosas que solo te arruinan más... y ahora igual la vuelvo a sufrir.
    Solo te digo trata como sea usa cualquier medio para salir de ello se que cuesta aun lo vivo pero espero de corazón que la dependencia y todo lo que no te hace feliz se vayan te deseo lo mejor!

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    1. También espero que tú puedas resolver esa situación y encuentres la fuerza para salir adelante valorándote más.
      Gracias!
      Besitos...

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