Weight Loss

Weight Loss

domingo, 24 de julio de 2016

Changes

Pues sí, quiero ver cambios. 
Quiero ver cambios en mi cuerpo, en mis horarios, y tal vez, sólo tal vez así empiece a cambiar un poquito este cerebro doloroso que cargo siempre. 


Espero que me traigan buenas noticias cuando vuelva Alice, Daniela, Arabella, Enamorana, ColdPrince y todas mis demás hermosas que estoy olvidando. 


Bye...

jueves, 21 de julio de 2016

Still sick

TODAVÍA ENFERMA? 
Quizás, porque aún no supero la etapa en la que es más importante ser delgada que ser sana, que estar bien. 
Triste, lo sé. Pero es la verdad. 
Ser delgada es la cumbre, y para eso, lo entregaría todo. Casi todo. 


Es verde el color de la envidia?

Hoy siento envidia, aunque no sé si es sólo eso o si la rabia que siento es un poquito, sólo un poquito justificable. El hecho es que quiero desahogarme.

Tengo rabia de que una prima que me trató muy mal cuando yo era muy muy pequeña (y que, por eso desprecio) vaya a entrar a mi universidad a estudiar la misma carrera que yo. Tal vez, lo más posible que es que Carlos le vaya a dar clase de Inglés y yo, yo pues estoy odiando eso. Mi universidad era mi espacio feliz, allá fumaba sin reparos, allá me alejo de mi familia, mi pasado, mi historia. Y no quiero que, ni siquiera una energía tan negativa ponga un pie en ese lugar. However, pasará y tendré que tragarme la rabia. Tendré que elevarme más para no sentir.

Tengo rabia que todos tienen un trabajo y yo no; tengo la certeza (injustificada, pero es un presentimiento muy poderoso) de que debe haber algo malo en mí, algo que es culpable de que yo no tenga amigos duraderos, no tenga dinero o un trabajo, de que esté todos los días de mi vida en mi casa, mi habitación, mi cama. / Tal vez, ese algo malo es sólo mi cerebro, sólo yo. YO Y MI CIRCUNSTANCIA.

Tengo rabia de que, mi supuesta mejor amiga salga con otras personas y sean planes que se dan muy espontáneamente y yo tenga que convencerla, rogarle para que nos veamos. Y no, hace meses no nos vemos, no hacemos nada juntas y ella hoy se va a cine con Dani. La explicación es sencilla, yo no significo para ella lo que ella significa para mí. 

Tanto abandono hacia una persona severamente dependiente es casi tortura mental. 


Tengo rabia y quiero llorar porque mi mamá haya perdido mucho dinero que le había costado demasiado y se acueste con el estómago vacío, que se levante y no tenga qué comer. Eso me da rabia y me hace odiar la existencia entera. Rabia de que tengamos que vivir con un borracho despreciable en la casa.

Hoy envidio a cualquier persona que no sea yo.

De verdad, espero que algo mejore. Algo demuestre que vale la pena vivir. 

viernes, 15 de julio de 2016

No me arrepiento (un poco de mi historia)

Pero no me arrepiento porque me sienta muy feliz ahora ni porque ser bulímica sea algo de lo que estar orgulloso (aunque me contradiga, ya que una vez escribí una entrada llamada Orgullo Bulímico); digo que no me arrepiento es porque creo que, de alguna forma u otra, yo no busqué esto, la bulimia me encontró a mí. No estoy segura, pero creo que sí.

Hay tantos rasgos que describen a una enferma de bulimia que yo encuentro en mí, que termino diciéndome: sí; no es mi culpa, esto sólo me pasó porque yo era vulnerable a caer y, por mala suerte, caí.

Creo que esta era mi única salida porque, desde que tengo conciencia, me sentí gorda y, desde que recuerdo, he tenido tanto miedo al fracaso, tanta poca fe en mí, tanta incredulidad en mis capacidades que siempre he escogido los caminos fáciles; lo demás, ME ATERRORIZA. Entonces, yo estaba gorda, era (o, por lo menos se veía como) un camino fácil, era lógico que pasara.

Y PASÓ.

Tal vez este era mi destino porque, siempre estuve un poco rellenita, de pequeña alguna vez me dijeron “gordita” y que yo era como un “marranito blanco” (¿Qué cosas tan malditamente asquerosas le puedes decir a una niña?); mi autoestima siempre me hizo daño y no precisamente en la imagen sino, en el simple hecho de tener, dentro de mi cabeza, la seguridad de que, sólo por ser yo (razón suficiente) era menos, era mucho menos que los otros; ansiedad siempre he tenido, se refleja en mis uñas y en otros pequeños hábitos como arrancar todos los stickers, desarmar todos los objetos pequeños, morder todo, pellizcarme excesivamente alguna cicatriz o herida; siempre amé la comida, dejé el plato limpio, comí helados y dulces con gran satisfacción y el auge: a los 11 años empecé a comer por aburrimiento, sin embargo, estaba bien, normalita, incluso ya ni era rellenita, sólo una niña NORMAL, con alguna llantita en su panza, pero normal (sólo que siempre me sentí más gordita, nunca pudieron llamarme delgada, y eso ME PARTÍA EL ALMA); ya los problemas empezaron realmente cuando empecé a comer por tristeza, inconscientemente me escondí en ropa holgada, ya jamás pensé en mi cuerpo y fui gorda, gorda, GORDA (IMC de 26, me imagino); es sólo que un día de 2012 quise “comer sano” para bajar de peso y lucir linda la noche de mi PROM.

Con esta nueva recaída entendí muchas cosas, encontré muchas cosas en mí que se supone que me ligan a la enfermedad como la impulsividad, la extroversión, la falta de control, las adicciones, (el gusto por el ¿sexo?), la depresión, la tendencia a los extremos y riesgos. Eso de que mi voluntad flaquea, no logro cumplir mis metas y dietas, eso de que muchas bulímicas cayeron en la enfermedad porque se propusieron una dieta estricta y no pudieron cumplirla. Bueno, pues sí, exactamente eso soy yo. COMENCÉ CON UNA DIETA.






miércoles, 13 de julio de 2016

Infinitesimal

¿Cómo se puede ser tan débil de no dejar de hacer lo que te da placer y, al mismo tiempo, te carcome por dentro?

Resulta que, desde que me enfermé, leer blogs se había convertido en mi pasatiempo favorito. Me gustaba, me entretenía, me animaba, me hacía feliz. Me hacía feliz leer sus historias, identificarme en ellas e inspirarme con algunas de sus formas de sobrellevar la vida con esta condición. Todavía me gusta, todavía, ustedes princesas, me hacen feliz. 

Pero, ¿qué sucede cuándo una amiga que, a lo largo de los años, ha vivido contigo una amistad destructiva para ambas (y adictiva para ti) tiene un blog en el que escribe TODOS sus pensamientos, sus deseos, su vida? ?¿Qué sucede? 

Pues que tú, Tatiana, que siempre has sido tan dependiente y tan incapaz de sobrellevar tu vida en soledad; te arrojas a esos renglones y renglones de ella, renglones y renglones de Catalina; que es que no importa cuánto te duela y te destruya? No importa? Sino que quieres seguir pensándola, seguir queriendo ser parte de su vida, seguir queriendo encontrar un apoyo que ya nunca volverá?

Yo soy así con las personas a quienes amo, pero después lo acepto, me digo que no me quieren, que no merecen mi amor, no merecen mis lágrimas, ni mi dolor y por lo menos trato de alejarme, como traté de alejarme de Carlos, dejé de tenerlo en redes sociales, borré su número, no le hablé ya jamás, y pese a que dolió, It was the right thing to do, so I did it. 
A este hombre Javier, que es probablemente lo más bello que ha pasado por mi vida, también lo dejé vivir en paz y a su vez, me trajo paz el dejarlo ir. 

Pero entonces, ¿Por qué a esta mujer, que me ha lastimado tanto y, a quien yo he lastimado tanto, no la he dejado ir? Ya es hora, ya va siendo hora de que deje de leerte, deje de verte, deje de pensarte y de aprisionarte. Tú ya no me quieres en tu vida, tú pudiste borrarme y decirme alguna vez que ya no éramos lo que alguna vez fuimos, mientras que yo todavía moría por ti; y ya es hora, ya es hora de dejar de correr a tu imaginario encuentro. 

Debo encontrar inspiración en otra parte. En las verdaderas princesas que me han ayudado, que con sus palabras traen luz y esperanza a mi vida. 

Entonces...

Concluyo que, terminaré de leer esas entradas que, por suerte, no son infinitas y dejaré de pensar en ella para pensar en mí. Pensaré que yo valgo tanto como cualquier otra mujer y que lo que me hace falta es empezar a trabajar en mi crecimiento, en mi desarrollo y en construir mi vida. En encontrar las ganas de vivir, de dormir, de leer, de estudiar, de pasear a mi perro, de salir a la calle, de hacer dieta, de arreglar mi cabello. De amarme, amar mi familia y, si es posible, amar la vida. 

Cambio y fuera. 

martes, 12 de julio de 2016

FINGERNAILS

Esta entrada va sobre las uñas, la estética y cosas femeninas. No desórdenes. 
No llevo el registro de los días, pero hace aproximadamente una semana que no como mis uñas, que no las muerdo, mastico y trago sus pedazos. Asqueroso, no? Bueno, pues no. Para los demás sí, pero para mí no es asqueroso; es sólo un mal hábito que mantiene mis manos ( o uñas específicamente) desagradables, sin embargo, a veces no lo controlo y llego a comerlas tanto que me duelen mucho los dedos. 

Me molesta? Me incomoda? La verdad es que no, es algo que no puedo controlar y que, mayoritariamente, me agrada, me desestresa (y me estresa, también), me ayuda a tranquilizarme, me ha acompañado por años de los años, es una parte de mí. Me como las uñas desde que tengo 8 años. A la gente le molesta, pero han tenido que aguantarlo porque a nadie le hago daño. 

La primera persona que odió esta costumbre mía fue, por supuesto, mi mamá. Me reprendía mucho, me compraba esos esmaltes que "saben feo", pero no solucionaron nada a largo plazo; recuerdo muy bien que por la época en la que yo tenía 10 años, mi mamá consiguió una amiga que sabía de manicure y de cosmética, ella le enseñó a pintar las uñas con formas muy bonitas, entonces mi madre me las arreglaba y yo, con mucho esfuerzo y voluntad, me las dejaba crecer para que mi mami dibujara hermosas flores en ellas. Admito que, cuando mis uñas crecían, eran realmente hermosas. Eran muy muy bonitas; además de que mis manos siempre me han gustado, son pequeñas y blancas, delicadas; así que el sacrificio valía la pena y yo recibía muuchos cumplidos de mis familiares. Pero bueno, la voluntad flaquea y los propósitos se abandonan, así que volví a mis andanzas. 

Tengo que decir, también, que antes de hacer alguna dieta o "controlarme" en algo, la primera vez que conocí el significado del concepto "voluntad" fue haciendo esfuerzos para dejar de comerme las uñas, y era duro. 

La siguiente vez que me dejé crecer las uñas tenía como 15 años, otra vez mis amigas me felicitaban, me decían lo bellas que eran mis uñas y mis manos y yo me sentía bien, pero el estrés ahora hacía que yo quisiera dejar de prohibirme algo y volvía a hacerlo. Después, como que no volví a tener ganas de privarme de cosas, por lo tanto, no lo intenté otra vez. 

La última vez que lo intenté fue en diciembre de 2014/ enero de 2015. Coincidencialmente, las últimas dos veces que procuré hacerlo, controlarme, fue en vacaciones. Podía concentrar mi mente totalmente en eso, en mis uñas, pero al entrar a la universidad sólo aguanté algunos meses, tal vez 2, tal vez 3, luego volví a comerlas. 

De niña, la voluntad de no comer mis uñas era, principalmente, por hacer feliz a mi mami. Con el tiempo, al ver las manos de otras mujeres, las contemplaba bellas y si me proponía dejar mi hábito era porque pensaba: "yo lo he visto, mis manos también pueden ser lindas, incluso más lindas que las de algunas mujeres; es solo cuestión de decidirme". Algo muy parecido al peso: "Me he visto delgada, sé que puedo ser bonita, sólo depende de mí". Es sólo que a veces pienso que no es tan fácil, no quiero justificarme (porque lo del peso no tiene justificación, tener sobrepeso es signo de no alimentarse bien y ser sedentario, lo cual; yo que lo he vivido, sé que no es chévere, no se siente bien) pero pienso que lo que a algunas mujeres se les da tan naturalmente, a mí, como a muchas otras, me cuesta. A veces pienso que estoy destinada a ser fea, ya que me gusta mucho comer, me gusta mucho dormir y estar sentada y me gusta muucho comerme las uñas; a otras chicas, simplemente les parece muy feo comerse las uñas; ellas, entonces, tienen el afortunado destino de tener manos bonitas. 

Bueno, esos son mis profundos y filosóficos pensamientos acerca de mis uñas, jeje. Otra cosa, a lo largo de mi vida, muchas personas, me preguntaban que si no me daba verguenza con los chicos, con los hombres, de que fueran a ver mi uñas así de feas, y pues no. Siempre he pensado que la belleza y la delicadeza están en el rostro y el cuerpo; igualmente, en ser débil y no más fuerte que el chico (no debería ser así, pero así pienso), o ser masculina y así. Asimismo, a los hombres que les he gustado, les he gustado como soy, sabiendo que no puedo dejar de comer mis uñas, nunca me han criticado por eso, seguro piensan que está mal pero no me han dicho nada; igual, sí sé de hombres que detestan eso de una mujer, pero no me he cruzado con ninguno de ellos y pues, francamente, si lo detestan, no tendrán nada que hacer conmigo. Diré como: si no te gusta sorry, pero lárgate de mi vida. No cambiaré para gustarle a un hombre. Debería ser así con todo, no sólo con mis uñas, sino con mi cuerpo, pero todavía estoy trabajando en eso. 

Aunque piense que las uñas feas, no quitan belleza a una mujer, sí pienso que pueden darle un importante toque de feminidad. Y pues eso quiero esta vez. Quiero verme un poco más femenina y chic. *_* Por eso, llevo una semana sin comérmelas, están pintadas de rojo y como ven en la foto, aún son muuy pequeñas. Pero es un comienzo, espero mostrárselas mucho más bonitas después de unas semanas. 


Disculpen por esto tan largo, ojalá lo hayan leído :D
Abracitos, princesas. 

domingo, 10 de julio de 2016

GRACIAS A MIS BELLAS LECTORAS

Quiero agradecer a quienes me leen porque de la manera que sea, terminan significando un gran apoyo y una voz de aliento que me ayuda a seguir y me da esperanzas. Gracias hermosas princesas por sus buenos deseos.

Llevo como 2 meses siendo yo misma o, por lo menos, una mejor versión de mí misma. Meses sin estar malhumorada e irritable por nada, sin tratar mal a mi madre, sin discutir con ella, sin odiar al mundo. Y es esta yo la que me agrada, la que valoro y quiero, la que no odio; paradójicamente, esta yo está atrapada en un cuerpo detestable, según mi propia opinión. Y cuando el cuerpo mejora (cuando el hambre comienza), llega a sus “mejores versiones posibles”, esta yo amable, compasiva, feliz… se va y es reemplazada por una mujer amagada, miserable y odiosa.  ¿Qué hacer? Soy una enferma hablando de su enfermedad, queriendo cambiar las cosas que son la regla general, queriendo cambiar la ciencia y la química de la vida, las cuales establecen que los síntomas del hambre son la irritabilidad, la ansiedad, la psicosis, y la obsesión. . . Queriendo pasar hambre sin perder el dominio sobre mi mente. Pues sí, eso quiero…leo a algunas de ustedes princesas y puedo sentir que son buenas, agradables, amables aun cuando la están pasando muy mal físicamente, entonces me propondré ser así.

¿Este constante remolino de sentimientos hace parte de todas las personas o sólo de los adolescentes o de las personas que sufren de un trastorno mental? Si todos atraviesan estos mismos problemas. ¿Por qué me siento tan incapaz de continuar y por qué mi cerebro me incapacita para vivir?

Quiero ser responsable, quiero hacer mis tareas y leer mis libros, quiero almorzar todos los días, quiero ver a Carlos y poder sonreír en paz, quiero pasar tiempo con mis amigos, quiero tomar el sol y escuchar música, quiero fumar un cigarrillo y tomar tinto, quiero estudiar un poco de coreano, quiero leer en inglés, quiero dormir más de seis horas todos los días, quiero mantener mi peso, quiero hablar con mi mamá cuando llegue de la universidad, quiero besar a Pony y darle paseos, quiero estar feliz el día que mi mamá cumpla años y en Halloween, quiero conocer a un chico que me guste y viceversa, quiero organizar las cosas la noche anterior; pero no quiero estar triste, melancólica, preocupada ni deprimida, no quiero querer morir y querer tomar esas horribles pastillas que tomo, no quiero sentir que no me puedo controlar, no quiero sentir dolor. Esos son mis deseos para lo que queda del año.

Algo que quisiera justo ahora: dejar de sentirme tan absolutamente sola. 

 PONY Y YO :D